Desde hace algún tiempo pienso en conquistar una isla y hacerla mía. Una islas sin caciques.
Desde hace algunas noches le doy vueltas a este post.
Se me lía.
_No sé si hablar de gratitud o de rabia.
_De arriba y abajo. De estar. O de sentirse. O de creerse. O de mirar.
_De sentimientos y de realidades.
_De fallar y de ganar.
_De lo importante. De lo verdaderamente importante.
Inmiscuida en conversaciones de sobremesa sobre educación, política, sociedad, cultura, justicia, clases sociales, destino. Suerte.
Envuelta en algo más que palabras.
Mis bichos enredados con tantas leyes, valores éticos. Dignidad. Lealtad.
Echaría sapos y culebras. No lo voy a hacer. No lo haré, por lástima. Pq no consigo ver que hay de gratificante mirar hacia el ombligo de uno mismo. No entiendo la individualidad. Ni la soberbia. Ni la cobardía.
Me pregunto si son felices.
Si están satisfechos y orgullosos de su egoísmo.
Si se sienten triunfadores.
Lo peor es que seguro que sí.
...
Mediocres.
En mi vida he visto, estado, conocido y sentido mucho. He tenido una gran escuela. He conocido a personas increíbles. Por dentro. Por fuera. Que parecen poquita cosa o que iluminan allí donde van. Que el mundo se rinde a sus pies. O que son grandes desconocidos. Y miran de frente. Desde arriba y desde abajo.
Gigantes.
A veces me quejo, para muestra este blog.
Suelo sentirme pequeña. Suelo callar.
Suelo buscar la felicidad en los colores y en las miradas. En las palabras.
Miro alrededor.
No me ha ido mal.
Soy muy afortunada.
A pesar de cosas horribles que capear -no más ni menos que el resto de los mortales occidentales- he vivido momentos brillantísimos, alucinantes.
He aprendido. He apartado piedras de mi camino. Pero muchos siguen. De nuevo, Gigantes.
Y me sorprenden.
Equivocada cuando pienso que la suerte no me acompaña.
Por mis compañeros en este viaje. Gran viaje. Por mi mochila.
Buscando mi isla.
(Esta frase siempre me ha parecido de lo más ilustrativa)
:) Gracias.
