Cuando era pequeña, después de hacer la comunión, siempre que hacía algo de lo que no estaba muy orgullosa, iba al cura de alguno de los coles por los que pasé -unos cuantos teniendo en cuenta mis 17 ó 18 mudanzas...- y ¡voilá! mi cabeza y mi corazón liberados. No existía el miedo de lo que podría haber sido.
Los buenos tiempos tiempos se acabaron, ahora me quedo al borde del precipicio por si me arrepiento de saltar pq ni esos señores de negro ni ese jefe que tienen (que no aparece por ninguna parte) me salvarán si me equivoco.
He encontrado el lugar: Oh. Liberémonos de nuestros errores. No hay más que enviarles nuestro error, ellos lo publican y una vez que compartamos aquello que tanto nos pesa,... listo. Seremos libres.
Ahora, que si de lo que nos arrepentimos es de no haber aprendido bien inglés,..... para los únicamente hispanoparlantes, todavía no hay absolución.
